CONDICIONES AMBIENTALES ÓPTIMAS PARA EL CULTIVO DE TOMATE EN INVERNADERO

El tomate es un fruto con alto valor comercial y una enorme importancia mundial. El consumo del fruto del tomate es debido a su utilización en forma muy variada. Además, de sus excelentes cualidades organolépticas, un alto valor nutricional y en contenido de licopeno y vitamina C. estos últimos considerados como antioxidantes que previene el desarrollo de cierto tipo de cánceres.
El cultivo de tomate en condiciones de sustrato y alta tecnología bajo invernadero produce frutos de excelente calidad en más de 500 ton/ha/año, producción que decrece a 300 ton/ha/año cuando se usa un nivel tecnológico medio.

La productividad del cultivo de tomate en cierto grado suele estar limitada por luz, temperatura, nutrición y abastecimiento de agua. A gran escala, la importancia relativa de estos factores depende de la latitud y a nivel región o área depende de la fisiografía y condiciones ambientales particulares del lugar. Así, los cultivos de invierno en invernaderos con calefacción, como los utilizados por los productores del norte de Europa y Norteamérica, la luz viene siendo el factor limitante. En cambio, en cultivos en invernaderos sin calefacción como en los que cultivan los productores del sur de Europa y Medio Oriente, la luz y la temperatura, ambos vienen siendo limitantes. Esto también ocurre en México, sobre todo en la región del Altiplano Norte Centro, donde no es posible producir tomate de calidad durante el invierno sin el apoyo de calefacción.

Luz

La calidad de la luz y el fotoperiodo no son tan importantes para el crecimiento del tomate como la radiación integral diaria. Tratar de superar las limitaciones de luz a escala comercial, rara vez se justifica económicamente, en los semilleros puede ser la excepción. Por lo que generalmente es maximizar la iluminación natural poniendo especial atención en el material y limpieza de la cubierta de los invernaderos, un diseño cuidadoso y óptima orientación invernal del invernadero y del cultivo dentro de este.
Se estima que para que el cultivo del tomate produzca con mínimas restricciones fotosintéticas, debe ocurrir una radiación incidente fuera del invernadero del orden de 14 a 16 MJ/m2/día.

Imagen 1. Esquema de la radiación solar en el invernadero.

Temperatura

El óptimo térmico para el desarrollo del tomate durante el día es de 23 – 25 °C y de 15 – 17 °C durante la noche respectivamente y una humedad relativa del 70 %. Las temperaturas por debajo de 8 °C y por encima de 30 °C, alteran el desarrollo del tomate (deficiente fructificación, por ende, deficiencias en el desarrollo de los frutos) y a 0 °C por varios minutos se hiela. Altas temperaturas, por encima de los 30 °C y largos periodos, agobian las plantas y ocasionan desórdenes fisiológicos en el fruto como el “Blosson End Rot” (BER).

Imagen 2. Blosson End Rot desorden fisiológico causado por un exceso de temperatura en el invernadero

CO2

La tasa de asimilación de CO2 se refiere a la velocidad de fijación de carbono en cada metro cuadrado de superficie. Sirve como un indicador para conocer que tan eficiente está siendo la planta para producir materia seca, es decir, generar nuevos órganos (flores, frutos, etc) y seguir creciendo.
La concentración de CO2 en el invernadero, también juega un papel fundamental en la tasa de asimilación del mismo. La concentración actual de CO2 en la atmósfera es de 350 a 400 ppm, mientras que la concentración que permite tener la mayor tasa de fotosíntesis en las plantas es aquella que va de las 900 a 1000 ppm. Lo anterior habla de que la tasa de asimilación de carbono potencial está limitada por la concentración actual de este gas.

Imagen 3. Concentraciones de CO2 en algunos cultivos. 

Humedad relativa

La humedad relativa (HR) es la cantidad de vapor de agua en el aire a una temperatura dada, comparada con el máximo vapor de agua que el aire puede retener a saturación. El aire entre más caliente puede retener más vapor de agua. Por ejemplo, a 0°C, el aire puede almacenar a 4 a 8 gramos por m3, mientras que a 30°C puede retener 30.4 gramos por m3 de vapor de agua. El rango óptimo de HR para el crecimiento de las plantas es de 70 a 80%.
El aire que contiene de 12 gr/m3 de vapor de agua alcanza el punto de rocío a 13.9°C mientras que aire con 16 gr/m3 alcanza su punto de rocío a 18.7°C. Este ejemplo ilustra que, a más alto contenido de vapor de agua del aire, está asociado con punto de rocío más alto.

Imagen 4. Relación entre la HR, temperatura y vapor de agua.

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Bibliografía
Javier Z. Castellanos. (2004). Manual de producción hortícola en invernadero. Celaya, Guanajuato, Mexico: Impresos profesionales del centro.
Javier Z. Castellanos. (2009). Manual de producción de tomate en invernadero. Celaya: Intagri S. C.
Jiménez, R. L. (2014 ). El clima, factor que maximiza la producción del cultivo. HortiCultivos .

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